martes, 26 de abril de 2016

Pividal

Esta es una mañana especial y muy hermosa, llena de amor y gratitud, porque celebramos el centenario del natalicio de Francisco Pividal Padrón. Es motivo de alegría para aquellos que lo conocieron en vida, lo quisieron y admiraron, tal cual estamos haciendo hoy los cubanos patriotas bolivarianos y martianos que residimos en Venezuela y el bravo pueblo venezolano. Nació en Calimete, provincia de Matanzas, Cuba, el 16 de abril de 1916.

Este sencillo pero merecido homenaje a Pividal nos llena de orgullo, el  hecho de hacerlo a solicitud de nuestro Embajador, nos incentivó a investigar su paso por Venezuela y hurgar en sus obras, donde
comprobamos que Pividal es mucho más que un libro, porque por significativo que es sin dudas su obra cumbre: “Bolívar: pensamiento precursor del antiimperialismo”, él constituye una figura multifacética en toda la extensión de la palabra, que debe rastrearse desde la juventud, en sus publicaciones en el “Diario de la Marina”, “Avance” y otros periódicos y revistas.

A partir de hoy tenemos un gran reto: profundizar en la investigación de su vida y obra, estudiarla y promoverla en las nuevas generaciones de cubanos y sus descendientes. Analicemos sus ensayos críticos y poemas, su carrera de jurista, su desempeño como profesor, diplomático, historiador y periodista, pues tiene en su haber más de 250 artículos publicados sobre temas de historia y educación.

Desde muy joven enseñaba historia de América en escuelas y liceos venezolanos. Esto despertó en él su gran interés por la epopeya de Bolívar, por lo que en 1956 repitió su travesía por países de Suramérica donde, como dijera Martí: “pasó el Libertador, regando de repúblicas la artesa de los Andes”, recorrido que Pividal aprovechó además de visitar lugares históricos, para escudriñar archivos en Caracas, Bogotá, Quito, Guayaquil y Lima, llenando de apuntes decenas de libretas.

Toda su labor esta signada por su consagración a la causa revolucionaria. Su permanente disposición a servir donde fuese necesario, lo llevó del magisterio a la diplomacia y viceversa, a fungir como Delegado del Poder Popular en Cuba, a dictar conferencias y cursos en los más disimiles rincones del planeta, a escribir sobre Bolívar y otros patriotas y próceres latinoamericanos o a indagar en Tuxpan o en la Sierra Maestra, sobre los orígenes de la Revolución Cubana, a la cabeza de un Equipo de la Oficina de Asuntos Históricos de la Secretaría del Consejo de Estado.

Francisco Pividal se entregó a la Revolución Cubana, desde el momento que dejó la Dirección de uno de los Colegios más exclusivos de Venezuela –el “Panamericano” de Maracay, del que además era su propietario, para ponerse incondicionalmente a las órdenes del Comandante en Jefe Fidel Castro.

Ubicado en el frente exterior de la lucha contra la dictadura de Batista, Pividal contribuyo de manera decisiva a aglutinar el exilio cubano en Venezuela, en torno al M-26-7, para impulsar la propaganda revolucionaria y conseguir recursos y armas destinadas a los combatientes del Ejército Rebelde, a la vez que cumplía otras tareas asignadas por la Dirección de la Revolución en México, Colombia, Panamá y Haití.

Gracias a su vocación de insomne historiador, las nuevas generaciones disponen de un documentado y detallado recuento de la labor del exilio revolucionario cubano, así como de los vínculos históricos entre la tierra de Martí y la de Bolívar, los que encontramos en su libro: “Un cubano en Venezuela”.

Por sus relevantes méritos fue designado por Fidel el primer Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Revolución Cubana en Venezuela y en esa condición acompañó al líder de la Revolución, en su apoteósico viaje a Caracas en enero de 1959, del cual Pividal escribió crónicas recogidas en su libro: “Los tres días de Fidel en Caracas”, las que han sido publicadas por La Universidad Central de Venezuela (UCV). Declarado por el Presidente de Venezuela Rómulo Betancourt “persona no grata”, por su infatigable propaganda sobre los logros y conquistas de la Revolución Cubana, regresa a la Isla en 1960, siéndole asignadas otras misiones diplomáticas.

La experiencia acumulada en estas lides, le permitió desenvolverse con éxito en otras actividades vinculadas con las relaciones internacionales, como se evidenció en el Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos o en las Vicepresidencias de las Asociaciones de Amistad con Mongolia y de Solidaridad con Viet Nam.

En el terreno de la historiografía latinoamericana, le debemos cuanto sabemos del Libertador de América. En 1977 obtuvo el Premio Casa de las Américas, con su mencionado libro sobre Bolívar, el cual ha sido editado y distribuido varias veces en Venezuela, Colombia, Ecuador y Brasil. 

En 1978 fue nombrado Secretario Ejecutivo de la Comisión Cubana Conmemorativa del Bicentenario del natalicio de Simón Bolívar. Luego fue Presidente de la Catedra Bolivariana de la Universidad de La Habana. 

Tal vez los logros más significativos en su vida profesional, fueron cosechados en su tesonera labor como Presidente de la Asociación de Historiadores de América Latina y el Caribe (ADHILAC), cargo que desempeñó con gran brillo durante diez años.

En Pividal siempre encontramos la respuesta precisa y la orientación oportuna. Es el historiador cubano que mejor conoció al Libertador. Jamás abandonó su trinchera de lucha hasta el 9 de julio de 1997, que se marchó físicamente. Sin dudas Pividal constituye un ejemplo a seguir por la comunidad patriótica cubana residente en Venezuela. En su honor nos sentimos comprometidos con los nuevos retos de estos tiempos, principalmente en la formación de las nuevas generaciones de cubanos y sus descendientes, a quienes debemos educar en el amor y la defensa a la Patria y en la defensa de nuestras dos Revoluciones, para que figuras como Francisco Pividal no caigan en el olvido.

Para finalizar, les informamos que este ilustre cubano, forma parte del Proyecto de Investigación “La historia que nos une”, por lo que nos queda un largo camino por andar y lo recorreremos juntos, pues como dijera el apóstol: “Honrar honra”.



Caracas, 26 de abril de 2016.