lunes, 18 de enero de 2016

Una nueva época en la solidaridad con la lucha de los Pueblos Latinoamericanos y en defensa de la Revolución Cubana

La lucha de los pueblos latinoamericanos por su independencia se remonta a la misma llegada de los invasores españoles. En El Salvador el conquistador Pedro de Alvarado debió conocer la única derrota que había recibido, por parte de los habitantes de territorio salvadoreño, donde por poco pierde la vida dejando la movilidad de una de sus piernas y el dolor de la derrota.

Hablamos de un pueblo luchador que conoce la dureza del combate, pero también la ternura de la solidaridad. Cuando acababa de triunfar la Revolución en Cuba, se llevó a cabo un mitin en el centro de San
Salvador donde se expresó la solidaridad con el pueblo cubano que acababa de derrotar al imperialismo y a la dictadura. La solidaridad con Cuba se convirtió en parte del programa de trabajo del Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR) desde su fundación en 1962, valga señalar que el FUAR fue la primera organización en la historia de El Salvador que planteó la necesidad de organizarse para llevar a cabo una lucha armada revolucionaria con participación de las masas populares.

Desde entonces la solidaridad con Cuba ha sido un principio de los y las patriotas salvadoreños, principio que antes demostró Farabundo Martí combatiendo en las montañas segovianas de Nicaragua al lado de Augusto Sandino. En cada actividad de las organizaciones revolucionarias estudiantiles, obreras, cristianas, siempre se expresó la solidaridad del pueblo salvadoreño con la revolución y el pueblo cubano. 

Expresiones de esa solidaridad la constituyeron los esfuerzos por constituir comités de solidaridad con Cuba aún antes del fin de la guerra: publicaciones, libros, programas radiales buscaron la forma de contarle al pueblo salvadoreño que había otra visión, diferente de la oficial sobre lo que se vivía en Cuba. Una larga historia de apoyo solidario del gobierno y pueblo cubanos, como becas a estudiantes, atención médica a heridos de guerra, apoyo diplomático, etc., constituyeron un enorme apoyo a la lucha del pueblo salvadoreño por democratizar el país.

Las agresiones, de todo tipo contra el pueblo cubano incluyeron la epidemia de dengue hemorrágico de 1981, que como se pudo establecer, fue inoculada de manera intencional; las plagas del tabaco, la caña de azúcar, la fiebre porcina que obligó a sacrificar a medio millón de cerdos; las acciones terroristas, como la invasión de Playa Girón, el derribo del avión DC-8 de Cubana de Aviación en Barbados el 6 de octubre de 1976, el cerco diplomático con la expulsión de Cuba de la OEA, el rompimiento de relaciones de todas las naciones del continente, excepto México.

Se agregaba el bloqueo económico, comercial y financiero, que no permite comprar ni vender productos cubanos en Estados Unidos, ni productos estadounidenses a Cuba. Cuba no puede utilizar el dólar en sus transacciones financieras, internacionales ni tener cuentas en esa moneda con ningún banco no cubano. No se le permite contraer créditos con bancos estadounidenses, ni tener acceso a créditos de instituciones internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el FMI. No hay un sólo ámbito de actividades económicas y sociales del pueblo cubano que quede exento de la acción destructiva y desestabilizadora que impone esta política ilegal –dice el Informe del gobierno cubano a la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2014. 
Continúa señalando el Informe: “El daño económico ocasionado al pueblo cubano por la aplicación del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba, considerando la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional asciende a 1 billón, 112 mil 534 millones de dólares...”

El bloqueo constituye un sistema de sanciones de carácter extra territorial, lo cual lo convierte en totalmente ilegal y se impone por la fuerza de las sanciones contra instituciones bancarias o comerciales que desafíen las órdenes imperialistas.

Además del bloqueo, que ha dejado pérdidas materiales enormes y sufrimientos al pueblo cubano, los gobiernos estadounidenses mantienen un bloqueo de las transmisiones radiales y televisivas cubanas que son interferidas sistemáticamente y en su lugar se emiten las transmisiones de radio y TV Martí, canal de expresión de inventados patriotas cubanos.

Se suma otra agresión, la migratoria. Las migraciones son utilizadas como un componente del sistema de acumulación capitalista neoliberal. Las enormes olas migratorias de latinoamericanos hacia EEUU y de africanos a Europa constituyen grandes pérdidas poblacionales para sus países de origen, incluido personal altamente calificado.

En el caso de Cuba, desde el triunfo de la Revolución los gobiernos estadounidenses promovieron la “fuga de cerebros”, especialmente de médicos mediante el fomento de la emigración ilegal, la cual pone en riesgo la vida de los migrantes, como bien lo sabemos por la experiencia de la emigración salvadoreña. 

Las autoridades estadounidenses en su afán por acabar con la Revolución Cubana promueven la emigración ilegal mediante leyes y programas como la Ley de Ajuste Cubano, la políticas de “pies secos-pies mojados” y el programa Parole. En su conjunto estas normativas otorgan privilegios especiales a los emigrantes cubanos, con el fin de convertirlos en “disidentes”, sumándolos a su permanente campaña de desprestigio contra Cuba. Las trágicas escenas de balseros desapareciendo en las aguas del Caribe o de secuestradores de aviones han sido producto de esas políticas de gobiernos de EEUU en contra de la voluntad del gobierno cubano que promueve la migración legal y ordenada para protección de sus ciudadanos.

La más reciente maniobra del gobierno de EEUU ha promovido la salida de varios miles de cubanos que saliendo legalmente hacia Ecuador, posteriormente han utilizado las redes de tráfico de personas que los condujeron hacia Costa Rica, país conocido por la dureza de sus requisitos para ingreso de ciudadanos cubanos, sin embargo, el gobierno costarricense hizo pasar a los cubanos hacia territorio nicaragüense sin haber sido autorizados por el gobierno de dicho país. Posteriormente, el Sistema de la Integración Centroamericana aceptó el paso de los emigrantes cubanos por tierra centroamericana hacia la frontera México-Estados Unidos. Esta situación genera un malestar entre las poblaciones de la región dada la historia migratoria llena de vejaciones y penurias para los migrantes centroamericanos.

Sin embargo, la responsabilidad de este fenómeno no le corresponde al gobierno cubano, que permanentemente ha insistido en la necesidad de derogar las normativas que promueven la emigración ilegal, tal como consta en las declaraciones del MINREX y del gobierno cubano.
Con la llegada de Hugo Chávez al gobierno de Venezuela se dieron inicio una serie de transformaciones en las relaciones latinoamericanas y caribeñas, teniendo como eje a Cuba y la República Bolivariana de Venezuela, lo que dio origen a proyectos solidarios como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la UNASUR Y la CELAC. La integración latinoamericana y caribeña constituye uno de los mayores logros alcanzados desde la gesta de Simón Bolívar.

En la actualidad la integración latinoamericana se ha convertido en el objetivo principal de ataque del gobierno de Estados Unidos, razón por la cual la defensa de los gobiernos democráticos, progresistas y revolucionarios de la región reviste importancia cardinal.

Nos convocamos en esta ocasión para estar en mejores condiciones organizativas de acompañar a los pueblos de Nuestra América en su lucha por la soberanía, la democracia y contra el neoliberalismo, así como de acompañar la lucha del pueblo cubano en las nuevas condiciones abiertas por la apertura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos. 

Este proceso negociador ha sido abordado por el gobierno cubano con firmeza de principios dejando en claro, desde el comienzo, que una mejoría de las relaciones diplomáticas, económicas, sociales y culturales sólo podrá ser posible si la institucionalidad del Estado deroga el bloqueo, devuelve el territorio ocupado desde 1902 en Guantánamo, detienen la agresión radio televisiva, indemnizan al pueblo cubano por los graves daños ocasionados por la aplicación del bloqueo y respeta la soberanía y las decisiones del pueblo cubano de tener un sistema político, económico, social y cultural socialista.

Ha transcurrido más de un año desde que se hicieron públicas las negociaciones entre el gobierno de Estados Unidos y el de Cuba y muy poco se ha avanzado en las demandas cubanas, por el contrario, la agresión imperialista continúa tratando de acabar con la Revolución, continúan financiando a una especie de oposición civil al gobierno, mantienen el financiamiento de radio tv Martí, continúa el bloqueo, manifiestan no estar interesados en discutir la devolución del territorio que ocupa la base de Guantánamo. Al mismo tiempo intensifican los esfuerzos por derrocar los gobiernos democráticos de la región, especialmente el de Nicolás Maduro.

En estos momentos difíciles para Nuestra América latino caribeña, se hace más necesaria la solidaridad entre los pueblos en la lucha por un horizonte común. El avance de los procesos democratizadores en la región pasa por la defensa de la Revolución Cubana, la Revolución Bolivariana venezolana, la Revolución Ciudadana del Ecuador y el Socialismo del Buen vivir de Bolivia, y de gobiernos democráticos como el de El Salvador.

Nos anima el ferviente deseo de aportar a la lucha que libran los pueblos de Nuestra América incluyendo el nuestro y para ello les proponemos restructurar la organización de este generoso movimiento de solidaridad con el pueblo cubano y con los pueblos de Nuestra América incentivando y apoyando los esfuerzos colectivos e individuales de solidaridad, sean estos comités, asociaciones, iniciativas colectivas e individuales. Les proponemos considerar los 17 de cada mes como fechas alrededor de las cuales llevar a cabo actividades de solidaridad y desplegar toda la iniciativa y creatividad para construir un verdadero movimiento de solidaridad digno de la tradición de lucha del pueblo salvadoreño.

San Salvador, 16 de enero de 2016.
G.E.